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Patrimonio Cultural Inmaterial de la Sierra de Albarracín

La leyenda de la aparición de la Virgen del Tremedal

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Reproducimos a continuación un capítulo referente a la leyenda de la aparición de la Virgen del libro «El culto a la virgen del Tremedal».  de Juan Manuel Berges Sánchez y Raúl Ibáñez Hervás publicado por CECAL en 2012.  Esta leyenda constituye un ejemplo excepcional del rico patrimonio cultural inmaterial de nuestra Comarca.

Medalla de la apariciónComo en todas las historias de la Virgen se desconoce la fecha exacta de la aparición de la virgen del Tremedal. No obstante, queremos apuntar previamente unas reflexiones interesantes de Honorario M. Velasco para quien “la existencia de una leyenda  es al menos una expresión del interés social por reconocer el hecho como un acontecimiento excepcional… afirma la vinculación de una comunidad con un lugar… cada ritual, de paso, afirma la pertenencia del lugar y del símbolo a la comunidad… y es, por tanto, también la historia de la socialización de un territorio”[i].

La mayoría de los historiadores fechan la aparición de la virgen del Tremedal hacia 1169 en el contexto histórico de la llegada de los caballeros navarros de Pedro Ruiz de Azagra, tras la caída de la Taifa de Albarracín[ii]. Algunos autores sostienen que los mozárabes de Albarracín, escondieron la talla de Santa María en los bosques de la Sierra huyendo de las mesnadas del Islam, que recuperaron de nuevo tras el empuje de la Reconquista[iii], al hilo de otras apariciones próximas de nuestra provincia como las vírgenes de la Fuensanta[iv], del Olivar[v] y de la Vega[vi], o la de Tejeda y Valdeoña en tierras conquenses.[vii]

En cualquier caso el fenómeno de la aparición de vírgenes en puntos  elevados surge paralelo a las medidas  que tomó la monarquía cristiana, en especial durante el reinado de Jaime I, para repoblar las bolsas de vacio demográfico que dejó tras de sí la retirada de los musulmanes, en especial tras la conquista de Valencia (1236) cuando se estabiliza la línea de frontera[viii].

La noticia más antigua que poseemos de Orihuela (Oriola en su acepción medieval) se remonta al año 1200 cuando se consagra la catedral de Albarracín. Existen tres líneas básicas de investigación sobre la aparición de la Virgen:

  1. La retirada de la población musulmana tras la caída de la Taifa de Albarracín provocó que los Azagra tal vez propagasen el culto a María del Tremedal para repoblar este rincón de la Sierra fronterizo con el señorío castellano de Molina en poder de Pedro Manrique de Lara.
  2. Los monjes cistercienses del monasterio de Piedra fueron quizás en un primer momento el instrumento de difusión de la devoción a la virgen del Tremedal. Las más altas dignidades  de dicho monacato ocuparon la silla episcopal y algunos de los señores de Albarracín elegían ser enterrados en dicho cenobio.
  3. No debemos descartar que el cerro del Tremedal fuese un centro de peregrinación pagano de cierta relevancia antes del siglo XII con gran implantación en las comarcas limítrofes.

Dentro del escenario de la leyenda de la aparición que nos ha transmitido la tradición oral, hay que destacar el hecho de la solicitud de torta a un pastor manco, como exaltación de la cultura pastoril dominante en ese momento histórico en las tierras bajo dominio cristiano[ix]. De ahí a su vez las representaciones  iconográficas paralelas que se advierten del modelo de La Divina Pastora junto con la virgen del Tremedal, en concreto en la iglesia de Remolinos y en el texto que se reproduce en el azulejo del peirón de Berge (Teruel).

El “inventor” en este caso encuentra a la imagen de forma casual y su inferior origen social reafirma el carácter sobrenatural del hallazgo, pero además “la imagen ha de ser reconocida. Primero, una <señora>, categoría que es más que una , y posteriormente la .”[x]

Postal de la virgen del TremedalSon varias las versiones que han circulado acerca del origen del pastor a quien se apareció la Virgen. José María Miguel Poves apunta que se llamaba Pedro Novés y que tanto las localidades  de Estercuel como La Mata de los Olmos  se disputaban  este privilegio[xi]. Una teoría que ya puso en duda el autor del Compendio de 1914[xii]. Consideramos que es un error de gran calado porque, según la tradición, en Estercuel hacia 1265 la Virgen se apareció  en un olivo a este pastor, en cuyo lugar se construyó posteriormente  el monasterio mercedario del Olivar[xiii].

La más difundida afirma que procedía de Tronchón, pueblo del maestrazgo turolense que todavía profesa una gran devoción a la virgen del Tremedal, a quien en su recuerdo le construyeron una ermita donde todavía se venera. En cualquier caso hay que advertir que ningún documento con fundamento hace alusión al nombre y origen del pastor. En este sentido  es significativo  el hecho de que mientras en Tronchón se representa  a la Virgen con el pastor en una misma escena, en Orihuela siempre se ha venerado exenta.

Los lugareños y panegíricos han ido adornando la leyenda de la aparición con determinados hechos que pretenden justificar el hecho milagroso. La tradición sostiene que la Virgen puso a disposición de los oriolanos  los medios necesarios para financiar la construcción de una ermita en un lugar tan inhóspito, y el agua precisa para asegurar un asentamiento permanente que debía abastecer a las caballerías y dar servicio a los peregrinos:

…un devoto hirió con un pico en una dura piedra y saltó a los primeros golpes una vena de agua viva que sirviendo cumplidamente a la fábrica duró no más que  se concluyó  la ermita. Pero no cesaron con éste los prodigios porque cortando pinos para el maderamen preciso hallaron en las raíces de uno la cantidad de dinero que era menester ajustadamente para el gasto…[xiv]

2.1.Ntra. Sra. del Castillo

Las tierras de Albarracín giran hacia la influencia aragonesa con la conquista de Pedro III en 1284 tras la política beligerante del poderoso noble castellano Juan Núñez de Lara, esposo de Teresa Álvarez de Azagra[xv]. En la intersección de los siglos XIII-XIV las tierras de la Sierra de Albarracín fueron el escenario bélico elegido para dirimir el problema sucesorio en Castilla. El 2 de julio del año 1300 el monarca Jaime II concede a los habitantes de Orihuela el privilegio de exención de pago de la pecha (lo que hoy conocemos como contribución) durante cuatro años, con la obligación de costear ellos mismos la construcción de una fortificación para su defensa[xvi].

Hemos identificado la localización de este recinto defensivo, a través de datos posteriores ofrecidos por el padre Juan Antonio Jarque (1660) sobre la descripción del término de la localidad:

…A la parte del mediodía goza de agradable perspectiva de huertos, praderías y arboladas riberas del río Gallo; y de la otra vanda un largo exido que da pasto abundante a los brutos caseros; éste se remata al austro y enfrente del lugar en dos montezillos, como dos pechos. En el siniestro tuvo aquel su castillo cuyos vestigios oy se ven, para enfrenar las invasiones de castellanos, quando las dos Coronas obedecían a Reyes diferentes…[xvii]

Estaba emplazado sobre el yacimiento celtíbero de El Toril, próximo a la residencia “Padre Polanco”, en la confluencia del camino que procede de este complejo turístico con la senda del camino viejo que asciende al Tremedal desde la ermita de Santa Bárbara. Posterior mente se edificó la ermita de Nuestra Señora del Castillo aprovechando los materiales y enormes bloques de granito emplazados en la parte más débil para su defensa.

El obispo Pedro Jaime ordenó en visita pastoral de 1599 que se restituyera la campana que había desaparecido en 1597, situación que puede manifestar en cierto modo el estado de abandono de dicho recinto religioso en ese momento[xviii]. Otro testimonio de la época da vagas referencias sobre esta fortificación[xix]:

…A medio quarto del lugar y a su frente, por donde en el día se sube al monte del Tremedal, existen aun las ruinas de un castillo antiquísimo en donde  pocos años hace me dixeron se hallaba una lápida o piedra con inscripción de letras desconocidas y deseoso yo de ver  si encontraba en ella alguna luz sobre la antigüedad del pueblo y aparición de nuestra señora, por más diligencias que hize fueron infructuosos mis pasos, habiéndola quizá rompido los pastores y leñadores que frequentan aquel paraje…

Según la tradición la ermita se construyó  en el actual emplazamiento, más quebrado y alejado de la población, con una explicación simple: por pura decisión de la Virgen aparecida porque “el hallazgo o aparición parece conllevar la exigencia de que ha de ser la comunidad, no el símbolo, quien se traslade para celebrar el encuentro…”[xx].

…les ocurrió como más acertado baxar la sagrada imagen no al lugar sino al mencionado castillo que está a mitad de camino poco menos, en donde lograrían el consuelo de tenerla más cerca los vecinos pudiendo a poca costa erigirla templo sumptuoso…[xxi]

Pero no cabe duda que en el trasfondo de esta polémica sobre la elección del paraje donde se iba a construir la ermita subyacen razones más complejas. El sometimiento de la población musulmana tras la llegada de los Azagra supuso eliminar del subconsciente aquellos elementos que habían identificado su pasado. En este sentido es frecuente que las apariciones se localicen sobre antiguas fortificaciones abandonadas, luego había que fijar un emplazamiento de nueva planta[xxii]. En el siglo XII sólo permanecían las ruinas del poblado de El Toril, cuyo asentamiento tuvo continuidad en la Alta Edad Media. Por lo tanto este hecho nos ha hecho reflexionar sobre tres líneas de investigación:

  • La leyenda de la aparición habría que retrasarla a fines del siglo XIII, coincidiendo con la conquista aragonesa de la plaza de Albarracín en 1284, precisamente en las fechas que algunos autores datan la imagen que se conserva de la virgen del Tremedal. Un hecho que fue coetáneo a la orden dada por Jaime II para construir la fortificación en el año 1300.
  • Quienes propagaron la aparición de la Virgen intentaron eliminar cualquier rastro de manifestación religiosa anterior. Se borró cualquier resquicio del pasado musulmán del poblado de El Toril, de sus tradiciones  religiosas, con la definitiva implantación de una nueva advocación en el cerro del Tremedal. Para ello se buscó un lugar elevado dominante que pudiese divisarse a larga distancia en la zona limítrofe septentrional de la Taifa de Albarracín, cuya área de influencia llegó hasta tierras del Jiloca, cuando se iba a disputar el dominio de estas tierras en tre los reinos de Castilla y Aragón. La caida del Islam provocó que esta zona limítrofe se rigiese en lo sucesivo por dos administraciones distintas.
  • No hay que obviar que el cerro del Tremedal fuese un santuario espiritual que acogía la escasa población del entorno. Porque si bien los repobladores navarros introdujeron la devoción a San Millán de la Cogolla en la parroquial, la veneración de este santo quedó circunscrita a la población de Orihuela, mientras el culto a la virgen del Tremedal adquirió unas dimensiones supracomarcales, que tal vez ya estaban consolidadas con la llegada de los pobladores cristianos. El impulso de los señores de Albarracín en una acción conjunta con los dirigentes de la Iglesia, las romerías de pueblos vecinos a este lugar sagrado, ya consolidadas a fines del siglo XV como ya veremos, así como la protección de las autoridades  del concejo de Orihuela, fueron sin duda los factores que determinaron que el culto a la virgen del Tremedal se propagase  con rapidez en un primer momento[xxiii].

Unas tierras que previamente estuvieron unidas por estrechas relaciones comerciales, sociales y religiosas, continuaron cultivando sus lazos tradicionales de buena vecindad a través precisamente del culto a la virgen del Tremedal, a pesar de que, como ya hemos comentado, quedaron sometidos a diferentes jurisdicciones. Esta uniformidad cultural, con similares modelos de explotación del terrazgo, ha dado pie para que algunos autores hayan hallado semejanzas en el derecho foral que rigió las Comunidades  de Molina y Albarracín[xxiv].

Hoy queda como halo de misterio las tres vueltas que se dan rigurosamente frente a la ermita antes de entrar la imagen de Nuestra Señora en el santuario. El pueblo de Orihuela da tres vueltas en reverencia con la peana frente a la ermita antes de introducirla en su altar, en recuerdo de las tres veces que perseveró la Virgen para que tomase asiento en el cerro del Tremedal.

… pero si tres veces la baxaron al castillo, otras tantas burló Nuestra Señora sus intentos, volviéndose a la peña que eligió para sitial desde el principio…

Este fenómeno, habitual por otra parte en otras zonas, estuvo asociado a las apariciones de las vírgenes. No es privativo, pues, de estas tierras. María José Sánchez Ungría ha estudiado e inventariado  esta manifestación  religiosa en la región aragonesa donde se reproduce con frecuencia:

“La “Vírgen de Magallón” regresó por tres ocasiones del Santuario de la Sagrada en Monzalbarba  a Leciñena; suceso parecido ocurrió con “Nuestra Señora de Sigena” que desapareció de la parroquia trasladándose a una isleta; “la Vírgen  de Pietas” en el Frasno (Zaragoza) volvió también en otras tantas ocasiones a la sierra; e igualmente  la imagen del Concilio (Huesca) que regresó desde Ayerbe en también tres ocasiones, la “Vírgen de la Peña”en Verge (Alcañiz), y “Nuestra Señora del Olivar” en Estercuel (Teruel) que volvió en tres ocasiones de la parroquia al olivo donde fue encontrada y donde al fin se construyó una ermita. La “Vírgen de la Zarza” en Aliaga (Teruel) volvió de la iglesia al zarzal donde fue encontrada en pleno campo. “Nuestra Señora del Tremedal” en Orihuela (Teruel) en tres ocasiones regresó de la iglesia y del castillo a la peña donde fue encontrada. En San Martín del Río está la ermita de la Virgen del Buen Reposo. Sus habitantes quisieron trasladar la imagen a la parroquia, la iglesia de San Martín, pero la imagen regresaba al lugar del hallazgo[xxv].

Esta leyenda va unida al significado del número tres, muy venerado como signo favorito del ser Supremo. En la religión cristiana va ligado a la simbología templaria y masónica. Dicen que los que dan tres vueltas a la ermita persiguen cumplir un deseo, tener suerte y corresponden  así a un acto de sumisión perpetua. Otros hablan que los peregrinos que ascienden al santuario deben tocar tres veces la campana para pedir un deseo o ahuyentar a los malos espíritus. Nosotros mismos hemos observado de pequeños como los animales daban tres vueltas a la ermita de San Antón.

Los cementerios siguen siendo protagonistas de creencias y leyendas, al igual que sucediera años atrás. En muchos  lugares se cree que no se pueden dar tres vueltas alrededor de una iglesia, ni de un cementerio, ni de una casa. Según recoge Barandiaran, una mujer del caserío Jaulei en Berastegi se convirtió en bruja por haber dado tres vueltas alrededor de la iglesia de aquel pueblo. En Oñati se cree que si alguno da tres vueltas a la iglesia luego es arrebatado  por el diablo[xxvi].

ILUSTRACIONES

REFERENCIAS

Juan Manuel BERGES SANCHEZ y Raúl IBAÑEZ HERBAS, «El culto a la virgen del Tremedal», CECAL 2012

DESCARGAS

ENLACES DESTACADOS

  1. El culto a la virgen del Tremedal (Ficha del libro)
  2. Nuevas publicaciones sobre la virgen del Tremedal
  3. Historia Breve de la milagrosa aparición de la Santísima Virgen en el Tremedal, monte de Orihuela, en la Comunidad de Santa María de Albarracín.
  4. Historia panegírica de la aparición y milagros de María SSª del Tremedal: Venerada en un monte del lugar de Orihuela del Obispado de Albarracín. (Reedición facsimil)
  5. Religiosidad de los pastores en la Sierra de Albarracín: Mentalidad y creencias

NOTAS

[i] VELASCO, Honorario M., “Las leyendas de hallazgos y de apariciones de imágenes. Un replanteamiento de la religiosidad popular como religiosidad local”, La religiosidad popular. Vida y Muerte:  la imaginación religiosa, II, (Carlos Álvarez Santaló, María Jesús Buxó i Rey, Salvador Rodríguez Becerra, coords.), Autores, textos y temas. Antropología, colección dirigida por M. Jesús Buxó, 19, Anthropos, editorial del hombre, Fundación Machado, 1989, págs.401-405.
[ii] Sobre este período: ALMAGRO BASCH, M., “El señorío soberano de Albarracín bajo los Azagra”, Historia de Albarracín  y su Sierra, tomo III, IET, Teruel, 1959
[iii] SIMÓN PARDO, J., La devoción a la virgen en España: historias y leyendas, ediciones Palabra, 2003, pp. 262-266. Idea que ya recogió el Padre Faci en su prólogo de la obra Aragón, Reyno de Cristo y dote de María Santísima, en la oficina de J. Fort, Zaragoza, 1739, según cita LORENTE GARCÍA, F., Historia panegírica de la aparición y milagros de María Santísima del Tremedal, venerada en un monte del lugar de Orihuela,  del obispado de Albarracín, su autor el doctor don Francisco Lorente, quien la dedica al ilustrissimo señor don Juan Francisco Navarro Salvador y Gilaberte,  del consejo de su majestad, obispo de Albarracín,…, imprenta Joseph Fort, primera edición, Zaragoza, 1744, [edición digitalizada por el Museo del Traje, Madrid,], fol. 18.
[iv] Historia de Nuestra Sra. de la Fuente-santa venerada en su santuario existente en el término de la villa de Villel, de la sagrada religión de San Juan de Jerusalén, partido de Teruel, escrita por un devoto: a solicitud y diligencia de frey D. Lamberto Culla, prior del dicho santuario (1802; facsímil Hermandad de Ntra. Sra. de la Fuensanta, 1985).
[v] BRAVO Y GALLEGOS,  G., Historia de la aparición de la Sagrada Imagen de Nuestra Señora del Olivar, de su santuario y convento anexo en los términos de la Villa de Esterquel (provincia de Teruel) (Imp. Mariana, Lérida, 1892).
[vi] ALEGRE GARCÉS, M., Historia de Nuestra Señora del Espino ó de la Vega: aparecida y venerada en la villa de Alcalá de la Selva, obispado de Teruel (Nicolás Zarzoso, Teruel, 1863).
[vii] LÓPEZ MARÍN, Mariano, Salvacañete: su historia y sus gentes, Ayuntamiento de Salvacañete, 2004, pp. 81-89.
[viii] HERNANDO SEBASTIÁN, P. L., Arte y repoblación en la extremadura aragonesa (1120-1348): imaginería mariana medieval turolense, Memoria de Licenciatura, Zaragoza, 10 de septiembre de 1999.
[ix] Que se prodigó por la geografía del pais: CASAÑ Y ALEGRE,  José María, Vida de la Santísima virgen María, Madre de Dios…, original editado por A. Gómez en 1899, [Biblioteca Virtual Cervantes, Alicante, 2009], Vid capítulo XXXII “Relación de algunas imágenes de María aparecidas a pastores en España desde el siglo X al XV”.
[x] VELASCO, Honorario M., “Las leyendas de hallazgos y de apariciones de imágenes…”, págs. 406-407.
[xi] MIGUEL POVES, José María, Apuntes para una historia de Orihuela del Tremedal, 1928, publicado por el ayuntamiento de Orihuela del Tremedal en 1935 y  reeditado en 1990 por el citado consistorio con introducción de Juan Manuel Berges Sánchez, pág. 30.
[xii] M.I.I., Compendio  de la historia de Ntra. Sra. del Tremedal, Gutemberg, imprenta moderna de A. Garijo, calle del comercio núm. 12, Toledo, 1914, edición facsimil con prólogo realizados por Raúl Ibáñez Hervás y Juan Manuel Berges Sánchez, publicada por editorial Maxtor, Valladolid, [CECAL, 2009],  pág. 16 y nota 1.
[xiii] LUNA, Pedro de, Breve relación historial, panegyrica y doctrinal  de la Aparición de Nuestra Señora del Olivar, fundación y aumentos de su convento, Herederos  de Manuel Román, Zaragoza, 1723.
[xiv] Así se reproduce  fielmente en la escena pictórica del convento servita de Montán (Castellón).
[xv] ALMAGRO BASCH, M., “El señorío soberano de Albarracín bajo la Casa de Lara”, Historia de Albarracín  y su Sierra, tomo IV, IET, Teruel, 1964.
[xvi] Apéndice Documental, docto. núm. 1.
[xvii] JARQUE, Juan Antonio, “Historia breve de la milagrosa aparición de la santísima virgen en el Tremedal, monte de Origuela, en la Comunidad de Santa María de Albarrazín, sacada de la dedicatoria que al gobierno eclesiástico y secular de dicho lugar, patria suya, hizo del tomo quinto de su Orador Cristiano”, el padre… de la compañía de Jesús, con licencia: en Çaragoça, en la imprenta de Agustín Berges. A los señales, año M.DC.LX., Orador Cristiano, tomo V, Zaragoza, 1660, Biblioteca Pública de Huesca, reed. facsimil editorial Maxtor, [Valladolid, 2009], prólogo y notas biográficas del autor por Juan Manuel Berges Sánchez y Raúl Ibáñez Hervás, págs. 13-14.
[xviii] POLO RUBIO, Juan José, “La visita pastoral del obispo Pedro Jaime a la Diócesis de Albarracín (1598-1599)”, Teruel, 77-78, (Teruel, 1987), pág. 250.
[xix] SORIANO JIMÉNEZ, Jacobo, Compendio de la historia de la aparición y milagros de Nuestra Señora del Tremedal venerada en un monte del lugar de Orihuela  del obispado de Albarracín que escribió el Dr. D. Francisco Lorente, canónigo magistral de su santa iglesia, Valencia, imprenta de Martín Peris, 1793, reedición facsimil y prólogo de Juan Manuel Berges Sánchez y Raúl Ibáñez Hervás, editorial Maxtor, [Valladolid, 2009], pp. 13-14.
[xx] VELASCO, Honorario M., “Las leyendas de hallazgos y de apariciones de imágenes…”, pág. 404
[xxi] LORENTE GARCÍA, F., Historia panegírica…, 3ª edición, 1786, págs. 5, 6 y 35.
[xxii] ECHEVARRIA, Ana, “La transformación del espacio islámico (siglos XI-XIII)”, Annexes des Cahiers de linguistique et de civilisation hispaniques médievales, núm. 15, 2003, pág. 70.
[xxiii] GÓMEZ ZORRAQUINO, José Ignacio, “Los santos patronos y la identidad de las comunidades locales en la España de los siglos XVI y XVII”, Fábrica de Santos: España, siglos XVIXVII, Eliseo Serrano Martín (coord.), Jerónimo Zurita, 85, 2010, pág. 41.
[xxiv] MANTECÓN  NAVASAL, José Ignacio, La Comunidad  de Santa María de Albarracín. Contribución al estudio de la Historia del régimen municipal español, Ms. Laboratorio Ureña (tesis núms. 1043 y 1044). Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1925, pp. 116-117.
[xxv] SÁNCHEZ UNGRÍA, M. J. “La música de tradición oral en la comarca del Jiloca. Religiosidad, música y danza (1ª parte)”, Cuadernos del Baile San Roque, 17, Centro de Estudios del Jiloca, 2004, pp. 25-26.
[xxvi] DE BARANDIARAN, José Miguel, “Sorguin, Belaguile y brujas”, Eusko-Folklore, año 47, tercera serie, núm. 18, (San Sebastian, 1966),  pp. 161-166.

Autor: Manuel Matas

Miembro de la Junta Directiva de CECAL

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