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Patrimonio Cultural Inmaterial de la Sierra de Albarracín

Topónimos

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La toponimia estudia del origen y significado de los nombres de lugar, referidos a poblaciones, a parajes o a cualesquiera otros elementos usados como referencia geográfica.

Puede decirse que el origen de los topónimos está estrechamente relacionado con los nombres de persona (antropónimos) o con nombres comunes que en algunos casos han podido ser deformados hasta hacerlos incomprensibles, hecho que también ocurre con los nombres propios. La toponimia juega un papel importante en el trabajo del historiador, pues desvela claves para comprender ciertas actividades humanas del pasado. Es esencial para el lingüista, pues ciertos topónimos se han conservado como verdaderos fósiles, ya sea porque nos han llegado en su forma primitiva, ya porque han evolucionado de forma distinta a la general. La toponimia puede ser de gran ayuda al antropólogo, pues qué duda cabe que el hombre adjudica de forma convencional nombres a las tierras que controla de modo que puedan ser comprensibles a la comunidad, y esta adjudicación revela estructuras y actividades que conviene conocer para explicar actitudes y actividades actuales.

En palabras de Javier Terrado Pablo, los nombres de lugar «son reflejo de la vida, las costumbres, la historia, las creencias, los afanes y los desvelos de aquellos que han vivido en una tierra. La toponimia es el espejo del territorio. En ella se plasma el palpitar de la vida a través de las generaciones, como en las aguas de nuestros lagos pirenaicos podemos ver reflejadas las peñas y bosques circundantes».

chorrero grande

Chorrero grande. Río Guadalaviar. Río Búcar. Villar del Cobo

Clasificación de topónimos


Una posible clasificación podría ser la siguiente:

Poblados y despoblados:

Búcar

Hitos geográficos (orotoponimia):

· Lugares de tránsito: camino, senda; paso, estrecho, lobera, cruz; valle, vallejo, cañada; mojones
· Lugares elevados: alto, collado, cerro, cerrito, cabezo, frontones, monte, muñeca, peña, piedra, portillo…
· Depresiones del terreno: hoya, torca, silla, sima, celadas, hondonada, val, valle, vallejo, cañada…
· Vertientes del terreno: barranco…
· Llanos: llano, erilla…
· Cavidades del terreno: cuevas…

Parajes con otras características físicas propias:

· Por las características del suelo (litotoponimia): aljezares, …
· Por el tipo de vegetación (fitotoponimia): coscojales, coscojar, cañizar, juncadas…
· Por el color del suelo o el paraje (cromotoponimia): peñas blancas…

Hidrónimos (hidrotoponimia):

balsa, balsetes, balsilla, calonchos, caudo, cequia, fuente, fuentecilla, hontana, laguna, ojos, pozo, pozuelo, rambla, regatillo, río, royo

Lugares con actividad económica (ergotoponimia):

· Con actividad económica propia: batán, tejería, salinas, venta, granja, masías, nevera, cañamera, colmenar…
· Lugares de cultivo y aprovechamiento agrícola con características determinadas: cerrada, cerradillas, cañada, cuarto, huertos, prado, serna, redonda, rompido, rotura, dehesa, corral, cuarto, hoya, vega…

Lugares que hacen referencia a actividades y creencias religiosas (hagiotoponimia):

calvario, ermita, loreto, …

Lugares con referencia a animales (zootoponimia):

zorras, lobera, mula, buitres, vacas…

Muchas de estas categorías se asocian entre sí para dar nombre al paraje. Sólo aquellos topónimos que no ofrecen lugar a confusión no van asociados, especialmente los que poseen características físicas únicas en el término.

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Autor: Manuel Matas

Miembro de la Junta Directiva de CECAL

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