Este trabajo de recopilación fue dirigido por Sonia Moreno Ciscar, educadora del aula de Adultos de Torres, en el Curso de Memoria de 2012 a 2014. El resultado se publicó en el libro «Torres de Albarracín en su historia.» editado por CECAL en 2015.
FIESTAS Y FOLCLORE DE TORRES DE ALBARRACIN
ENERO
El día de Reyes los regalos consistían en naranjas, higos, galletas, pasas, chocolate, quizá alguna tía rica regalaba algún guirlache o turrón hecho por las madres con miel y cañamones. También cosas útiles para la escuela como un plumier o lapiceros en la mesilla y ya estaba.
San Antón
La víspera se hacía una hoguera en cada barrio, en total cinco o seis hogueras.
Los hombres con las caballerías y los chicos iban a buscar estepas (jaras), leña para las hogueras.
En el colegio les daban ya la tarde libre para ir a buscar leña. Para los chicos, era costumbre prenderle fuego a un pedazo de estopa y correr detrás de las chicas para asustarlas, amenazándoles con quemarles las piernas.
Cada uno llevaba para asar lo que había, sobre todo patatas, más tarde también chorizos. Al principio, somarro: cuando se moría una oveja, la ponían al sol, con ajos y vinagre. Se dejaba unos días y luego se ponía a secar (somarro aquí también es un insulto: «no seas somarro»).
Las hogueras ya hemos dicho que eran la víspera. El día de San Antón iba todo el mundo a pasar sus animales por la hoguera, daban tres vueltas al peirón de san Antón, rezando tres padres nuestros. Este día, se rezaba por los animales y la abuela de Maruja era la encargada de los rezos.
Por la tarde, las mujeres mayores cantaban en el peirón “Los gozos de San Antón”. Ahora, ya no la canta nadie.
FEBRERO
La Virgen de las Candelas
Se bendecían las candelas y se repartían en misa.
San Blas
En San Blas se decía misa. Este santo era protector de la garganta, y por eso le llevaban alimentos para bendecir, para tener protegida la garganta. Se hacía lo mismo que en san Antón: hogueras, pero sin rezo. Esto se sigue haciendo en la actualidad.
Santa Águeda
Es el día en el que mandan las mujeres pero aquí no lo celebran (dice Sergio que como aquí mandan todo el año las mujeres, no es necesario celebrarlo, Miguela dice que no mandan en todo el año, ni tampoco ese día). Esta santa es la protectora del pecho.
El Carnaval
Todos los domingos había baile con guitarras y bandurrias menos en cuaresma, que no había baile porque era pecado.
El martes de carnaval los mozos echaban harina a las mozas. Salían a la calle con los bolsillos llenos de harina. Ellas les echaban agua desde las casas, así acababan todos pringados. La costumbre de los disfraces estaba muy arraigada. Después de la guerra estuvo prohibido disfrazarse, aunque se hacía mucha fiesta.
El jueves lardero no había colegio, se iban al monte a comer con el maestro.
Un año, disfrazaron a Clemencio diciéndole que nadie le iba a reconocer y detrás le colgaron le colgaron un cartel en el que ponía “Soy Clemencio”. Le jorobaron el disfraz.
Ahora en carnavales ya no se hace nada.
MARZO
San José
Era un día festivo y se iba a misa y se sorteaba un cuadro de San José. Se hacían números y se rifaba y lo que se sacaba iba de ayuda para la iglesia.
Los siete domingos antes de San José se confesaban y comulgaban.
ABRIL
Semana Santa
El Domingo de Ramos se bendecía y había procesión.
El Jueves Santo se hacía una procesión, se llevaba a Jesucristo crucificado al cementerio. Hasta mediados del pasado siglo, el tío Antón vestido de nazareno, era el encargado de llevar el crucifijo, e iban todos con las carracas. Había una carraca grande en el campanario para tocar a misa, pues en esos días, como se estaba de luto, no se podían tocar las campanas. Dentro de la iglesia, apoyada en el suelo, había una viga grande donde los chicos (no las chicas) daban golpes con ritmo, como si fuesen tambores y bombos, con unas mazas de madera.
Se hacia el enterramiento, que era como el gesto de enterrarlo (cosa curiosa se enterraba a Jesucristo antes de haber muerto). Jesús murió el viernes, y aquí se hacia el entierro el jueves.
Alguien hizo una promesa por ser su hijo excedente de cupo de la mili (le tocaba ir a África) e hizo unos peirones con los catorce pasos del Vía Crucis, pero debían ser de mala calidad y duraron pocos años. Llegaban hasta la ermita de San Bartolomé.
El Viernes Santo se rezaban las estaciones y los monumentos y para comer, lo típico era “El perol” que es bacalao con cebolla y encima un huevo. Algunos aún tienen esta costumbre.
Había Vía Crucis y los Oficios.
No es típica de aquí la procesión de Semana Santa con tambores ni nada de eso.
El sábado por la noche iban a por agua bendita y rociaban todas las casas para que estuvieran protegidas todo el año “Y no nos tocara el demonio”.
Tocaban las campanas a Resurrección y hacían misa a las diez de la noche.
El domingo, al nacer el día, hacían la misa del encuentro de la Virgen y Jesús y la procesión. Las mujeres con la virgen por un sitio los hombres con Jesús por otro, hasta que se juntaban en la plaza. Esto era antes de la misa. Después de la misa, una buena ronda, cantaban jotas a la virgen los que se iban a casar. Ahora también se hace, cantan solo las mozas.[Descargar el canto de la Procesión del Encuentro en este enlace]
El día de Pascua se hacía por fin un baile “bueno”, después de 40 días sin ningún acontecimiento lúdico festivo.
Tenían una rondalla muy buena, con violín. Les enseñó a tocar un ciego, Ramón “el ciego Cucan”, que tocaba la guitarra y el laúd y enseñó a tocar a los jóvenes. Él sabía de oído sin solfa. Los instrumentos que se tocaban eran el violín, bandurria, laúd y guitarra.
El lunes celebraban las monas, hacían una mona con un huevo y se iban en cuadrillas a comérselo al monte. Se sigue haciendo.
A final de la Cuaresma, en el siglo XX, durante las décadas de los años cuarenta y cincuenta, venían misioneros, y tenía que ir todo el mundo a “cumplir con Parroquia” o sea a confesar y comulgar, después de hacerlo, había que pasar por la sacristía para que te tomaran el nombre.
Los Mayos | 30 de Abril
Lo organizaban los mozos solo. Había dos encargados que compraban cuatro o cinco corderos en casa del tío “Cachapón”, los descuartizaban y los freían en unas sartenes grandes. Para coger las chuletas, le abrían los pinchos al tenedor para coger varias de golpe, dicen que si no te quedabas sin nada.
Después de la cena, cuando ya iban calientes, hacían la lista de las chicas, la cortaban y las metían en un puchero, y se subastaban. Luego, cada mozo metía la mano y sacaba una papeleta. Más antiguo era que se echaban a suertes, más tarde se subastaban.
Después de la subasta, se le cantaba a la Virgen (que se la quedaban los quintos) y luego a las mozas.
A la mañana siguiente iban a dar los días, a felicitar a las mayas. Se presentaba los mayos, por cuadrillas y les daban pastas y copa. También hacían una comida.
Cuando faltaban mozas, para igualar el número de mozos y mozas, se subastaba la sabina del Tío Tendero.
Torres no se llama Torres,
que se llama relicario,
que en medio la plaza
tiene a la Virgen del Rosario.Ahora ya no está la virgen del Rosario. Estaba en el balcón del Ayuntamiento y la quitaron cuando se restauró, pues estaban las baldosas que formaban la imagen muy deterioradas.
Dice Sergio que el libro “Los Mayos de Albarracín” de Don Manuel Polo y Peyrolón recrea los mayos de Torres. En este pueblo el escritor tenía mucha hacienda, también en Calomarde y Gea. Estas posesiones se las dejó en herencia a su hermana, que estaba casada con el padre de Don José María Valdemoro, prohombre de Torres, que hemos citado anteriormente.
Los mayos que se cantaban antes no eran los mismos.
Cuando era a suerte, cada chica ponía una docena de huevos, que se comprobaban con agua para que no fuesen enhuerados (el primer año que se hizo metieron huevos enhuerados, de ahí la costumbre).
Solo se metían las solteras, aunque tuviesen novio.
Cuando eran a subasta, si a uno le gustaba una, pujaba y los demás pujaban más para que pagara mucho.
Era típico, para los Mayos, que las chicas “jabelgaran el humero”, es decir, pintaban la lumbre baja de la cocina y arreglaban la casa para recibir a los mayos.
Los Mayos de Albarracín y los de cada pueblo eran distintos, en la letra y el tono. Vamos a recoger aquí los mayos que se han cantado en Torres [Descargar los versos de Los Mayos de Torres], pero estos se cantan desde 1900 más o menos y fueron traídos por ”Los Monriales” de la zona del Jiloca, antes había otros que son los que recoge Polo y Peyrolón en su libro “Los Mayos de Albarracín” [Descargar libro].
El primer domingo después de los mayos se hacía la comida de los mayos.
Se iba cada mayo a comer con su maya, pero iban en cuadrillas al campo y luego se hacía baile y cada mayo bailaba con su maya. De esta fiesta de los mayos salían bastantes parejas.
MAYO
Era el mes de las comuniones.
Bendición de los Términos
El día 3 de mayo era “La Cruceta”, la bendición de los términos. Por la mañana temprano se iba a bendecir los términos del pueblo.
Según la añada, se bendecían unos términos u otros, unos años tocaban las eras de arriba, otros las de abajo, según la añada en que estuvieran los sembrados.
Se salía de la Iglesia en procesión, con dos filas de muchachos, tras los que iba todo el pueblo, se sacaba una cruz y se bendecían las cosechas, a la vez que iban cantando las letanías.
Ahora ya no se celebra así, solo se bendicen en la puerta de la iglesia.
El Corpus
El Corpus era aquí una festividad muy importante. Se hacía una procesión muy grande y se hacían tres altares en el pueblo. Se sacaban las colchas buenas y se engalanaban los balcones. Ahora tampoco se celebra.
Cada barrio intentaba ser el más engalanado, había cierta sana competición, se picaban entre los barrios. No había concurso de altares, pero si pique.
El día anterior echaban un bando, para hacer una concejada que era un jornal que hacían gratis los hombres en beneficio del pueblo: limpiar las calles, los caminos, quitar piedras o las cagarrutas de los animales…
Por tanto, el día del Corpus, misa, procesión y rondalla a mediodía y baile por la tarde, como todos los domingos.
San Isidro
San Isidro de Torres
San Isidro era el día 15 de mayo. Había misa, procesión y muchos años salía a comer todo el pueblo junto y había baile.
La procesión se hacía para pedir agua al santo, si no llovía y también se le pedía que no se helasen las manzanas y que no apedrease. En Torres había una importante cosecha de manzanas reinetas, venían los fruteros y se compraba la cosecha cuando estaba en flor. En esta época, Torres estaba precioso con todos los manzanos en flor. Llegó a haber más de 14.000 manzanos, algunos eran muy grandes. Había una variedad muy buena denominada Emperatriz junto a la casa de la herrería, propiedad de la familia Valdemoro en la que el tío Moisés que trabajaba para ellos, cogió un año una cosecha de 1.000 kilos en este árbol.
Un año, hicieron la procesión de San Isidro y luego la comida en el lavadero. Acabando la comida empezó a llover con fuerza y el “Tío Ignacio” decía “Ves, por sacar el santo” Luego estuvo 15 días lloviendo.
Ahora tampoco se hace.
JUNIO
En ese mes se cogían los gamones para hacer pienso para los cerdos, se llevaban a las eras para que se secaran, los chicos aprovechaban las varas para hacer zambombas con latas de 5 kilos vacías y la vejiga de un cerdo, que se había sobado bien en ceniza.
San Juan
El ayuntamiento daba a los mozos tres pinos, les llamaban los pimpollos. Iban con el forestal y elegían los tres pinos más buenos. Era costumbre traer el más bueno a la plaza, lo traían ellos, y lo ponían derecho en el centro de la plaza.
Javier Rubio «Los Mayos de la Sierra de Albarracin»
Los mozos vendían estos pinos y con el dinero hacían una merienda o lo guardaban para las fiestas.
La noche de San Juan cada mozo ponía a su moza una enramada, una corona hecha de juncos y con rosas y flores, la ponían en el balcón de la mujer que les gustaba, la maya o la novia. Si alguno se sentía despechado, le ponía un cardo, pero las chicas no se lo tomaban a mal, decían “ya tenemos para el piojuelo de las gallinas”.
Al amanecer de la noche de San Juan se lavaban la cara en el agua del río, “A tomar la Sanjuanada”, porque daba lustre a la piel.
A las cabras que eran sarnosas, también las tiraban al río para que se curasen.
En torno a San Juan había varias creencias de remedios populares. Los árboles frutales criaban una plaga que era el Arañuelo. Decían que para combatirlo, se ataba alrededor del tronco un manojo de centeno que se tenía que poner el día de San Juan. Entonces creían que con eso moría la plaga, cuando en realidad, era por esas fechas cuando salía la mariposa en la que se convertía el gusano y dejaba la bolsa vacía.
El día de San Juan era el día que se remediaban los niños pequeños que nacían con hernias, que eran muchos. A un recién nacido o a un niño pequeño que tuviera una hernia, una persona que se llamase Juan o Juana, antes de que saliese el sol, tenía que llevarlo ante un cerezo o ante un guindal, coger al niño, desnudarlo y el llamado Juan o Juana le hacía la señal de la cruz, buscaba una “ramica” que tuviese fruto y se la pasaban por la hernia. Decía “en nombre del padre” y se la pasaba y rezaba un Ave María, luego decía “en el nombre del Hijo” y rezaba otro Ave María y lo mismo con el Espíritu Santo. Después de eso, cogían unas hojas de la misma rama que le había pasado por la hernia y lo vendaban y lo dejaban hasta el día de San Pedro.
Este día, antes de que saliera el sol, encendían la lumbre baja y echaban las hojas al fuego, teniendo que estar delante el niño y su madre, mientras ésta rezaba un Ave María. El vendaje se lo dejaban bastante tiempo. Varios se curaron de la hernia, no hubo que operarles.
Un tío de Miguela (el tío Marcos), con una oración curaba una telilla o nube en el ojo. Decía que tenía ese don porque había llorado en el vientre de su madre, que todos los que lloran en la barriga de su madre luego tienen un don.
Otra de sus supersticiones, aunque esta vez no ligada a la noche de San Juan. En Torres todo el mundo tenía ovejas, quince, veinte o hasta cincuenta ovejas. Cuando un cordero nacía enfermizo y llevaba diarrea, le ponían un trozo de trapo rojo en el rabo para que se les fuese. Todos recuerdan o bien haber puesto el lazo (dicen que más que lazo era un «trapajo») o bien verlo, era bastante frecuente.
San Juan ya no se celebra.
JULIO
La virgen del Carmen
Virgen del Carmen (Torres)
La víspera se tocaba mucho las campanas y dicen que se les ponía la piel de gallina de la emoción.
Se hacía una concejada para barrer las calles, los que querían ir.
La víspera iban todos los chavales a los Terreros Negros, a esperar al gaitero que venía de Terriente, iba de Terriente a Royuela en bus y luego de Royuela a Torres andando. Cuando éste llegaba, daba unos pasacalles y cantaban todos los chicos “A mí me gusta la gaita, viva la gaita, viva el gaitero…”
Por la noche, la víspera, había baile de diez a doce más o menos, con el gaitero (dicen que entonces la fiesta acababa cuando ahora empieza).
El día de la virgen había misa, por supuesto con el gaitero, que antes de misa daba un pasacalle. Al gaitero le pagaban “los Cargos” gente que se prestaba voluntariamente a hacerlo. Después de misa, procesión con el gaitero y un vino español al que iban los cargos y el Ayuntamiento.
La familia de Sergio Delgado es la encargada, desde su bisabuelo, de organizar lo de los cargos de la Virgen del Carmen.
Por la tarde, hacían baile al son de la gaita en la plaza del pueblo. Desde principios del siglo XX hasta la guerra civil, los gaiteros eran los hermanos Aspas de Tramacastilla, después de la guerra, el tío Simón (Maroto) de Terriente.
Los cargos, a mitad del baile, bandeaban la bandera a la virgen del Carmen y hacían castillos como los catalanes, se ponía la familia debajo, para recibir los cargos y así se obtenía la protección de la Virgen. El de arriba es el que bandeaba la bandera que era de la Virgen y tiene un misterio: Durante la guerra civil, cuando se iban “Los Rojos” quemaron todos los santos de la iglesia. La familia de Sergio tenía en su casa la bandera y su madre la puso como si fuese una colcha y así la salvaron de la quema. Esta bandera está en el ayuntamiento y se usa como bandera local, para proteger al pueblo.
Se celebra todavía pero de distinta manera, aunque se sigue manteniendo la tradición de bandear a la Virgen.
Santiago
Se hacía misa, baile y la ronda. Dicen que menos mal que existía esta fiesta porque de la Virgen del Carmen a San Roque, no hacían nada más que segar y trillar, no había descanso ni en domingos ni fiestas.
AGOSTO
La Asunción
Misa y baile con gaita.
San Roque
Gozos de san Roque de Torres
Este día, salían a las ocho de la mañana a la ermita del santo y tocaban la campana del lavadero, una finca a mitad de camino. Primero tocaban las del pueblo y luego la del lavadero. Salían en procesión y era costumbre salir con las escopetas y tirar salvas al entrar y salir. Se rezaba un responso y se cantaban los gozos de San Roque. Luego, a la vuelta de la ermita, la misa y después la rondalla y almuerzo en la plaza y jugaban a la morra y a la calva.
El tercer día de las fiestas de San Roque se iba a Tramacastilla a las fiestas casi todo el pueblo, al toro, se juntaban todos e iban andando. Dicen que en esas fiestas se juntaba a todo el pueblo de Torres y que allí se hablaban los que en el pueblo no lo hacían. Se bebían un buen ponche que preparaba el tío Rufino, y se acababa en su puerta todos cobijados a la sombra de la noguera.
SEPTIEMBRE
Fiestas Patronales de San Miguel
La fiesta grande del pueblo, San Miguel. Como no había más fiestas que las de Torres y tan apenas iban a las de los otros pueblos, preparaban los mozos todas las fiestas. A partir del día uno de Septiembre se juntaban todos por la noche, para forrar banderillas, y preparaban el desfile que se hacía el día uno de octubre, se paseaban las manolas, las mulillas, los toreros. Hacían también las banderetas para poner en las calles, no compraban las cosas hechas, se encargaban ellos de todo, de las barreras…
San Miguel de Torres
En San Miguel eran las fiestas principales. La víspera venía la orquesta, al atardecer se tocaban las campanas a bando, para avisar de que estaban en fiestas. La orquesta siempre era la misma los cinco días, hoy estas fiestas se siguen celebrando pero cada día toca una orquesta.
Al atardecer la orquesta daba un pasacalle y luego baile.
El día de San Miguel pasacalles, misa mayor, la procesión en la que sacaban el santo los quintos y el Ayuntamiento les daba 10 litros de vino por sacar el santo. Luego la rondalla, comía cada uno en su casa y había baile por la tarde y por la noche.
El día 30 de septiembre, por la noche, tocaban a difuntos. Al día siguiente se le llamaba el día de la colación, quería decir que había misa por todos los difuntos del pueblo y luego el Ayuntamiento daba una colación: pastas y mistela.
Por la tarde, venían los toros andando y ya iban a verlos. Por la tarde y noche, baile.
El día de la vaquilla era el día más grande de la fiesta. Por las mañana se enjaezaban las mulas y las mozas paseaban sentadas en las mulas, con sus mantillas, iban a la grupa. Esas mozas iban a pedir tortas y pastas y a esperar la vaca. A las doce era el encierro, la plaza estaba a reventar.
Todos los de Torres que trabajaban fuera venían siempre a las fiestas de septiembre.
Por la tarde, a preparar el desfile de la cuadrilla. En las noches de septiembre los que preparaban la fiesta se repartían los cargos de los toreros entre los mozos del pueblo (dice Trinidad que cuando le tocó a su padre, pasó tanto miedo que se cagó en los pantalones). Así sabían quién era el matador y quién el banderilla, una pareja (Paulino y Lázaro) se vestían de policías con la camisa de la Falange y se encargaban de que en los burladeros no hubiese nadie, solo los toreros. Había un desfile de toreros y manolas y delante, uno a caballo para pedir las llaves al alcalde, este se las lanzaba y las recogía con la gorra. Las manolas llevaban mantilla con teja.
También había uno disfrazado de médico por si había alguna emergencia. Julio Alamán y Moisés Delgado hicieron una representación como que operaban al que había cogido la vaca y al tío Miguel “Licero” que había sufrido un revolcón por la mañana en el encierro, hicieron como que le sacaban unas tripas, que en realidad eran de conejo (era un montaje escénico popular).
Se disfrazaban según los temas de actualidad y salían todos en el desfile. Trabajaban mucho para hacerlos pero como no tenían tan apenas otras diversiones, para ellos era una forma de esparcimiento.
Cuenta Sergio que cuando tenía doce o trece años, les ofrecieron un novillo cojo de las cuatro patas muy barato. Se disfrazaron todos, también las manolas y sacaron cada uno a su manola en una carretilla.
Para la fiesta de los toreros había dos capitanes, uno de los casados y otro de los solteros. En el mes de agosto iban a comprar los toros a ganaderías de la sierra, al Tío Pedro de Terriente u otros e iban andando a comprarlos.
Cuando venían con la noticia de que habían comprado el toro, se hacía una invitación a todos los socios, el toro se pagaba a escote por socios. Esto era celebrar la LLARA, que quería decir que se había cerrado el trato y venía también el ganadero. Era como firmar un contrato, pero entonces se hacía todo de palabra.
Hacían el desfile cada uno con un instrumento. El novillo cojo salió como un fenómeno y le dio un golpe al tío Vicente y salieron volando los platillos que el tocaba.
Después del encierro, mataban la vaca (uno de los dos días que había vaca).
Al día siguiente, hacían comida por cuadrillas de edades, solo para hombres. La vaca se pagaba a escote. Ese día no había baile y se pagaba entre todos solo un acordeonista o así.
En Torres siempre ha habido mucha afición por los toros. Era normal que los niños jugasen al toro. El tío Chato “el Bolo” se abrió la cabeza (se mató) haciendo de toro (de esto hace más de 100 años).
Cuando hacían el paseíllo, a los toreros se les cantaban unas coplas humorísticas, relativas a su miedo:
A Perico y a Segundo
les tenemos que decir
que no salgan a la plaza,
que está el toro en el toril.A Gabino lo comparo,
con su gracia y su salero
con Luis Miguel Dominguín
solo que tiene más miedo…
OCTUBRE
A coger manzanas (que había muchísimas). Hubo algún año, cuando se hizo el edificio de la Cooperativa, en el que se cogieron más de 600.000 kilos, y también muchas patatas, y remolacha…
También ir a por hongos. Dicen que es en el único tema en el que ni al más amigo se dice nunca la verdad. Se vendían al mejor postor, iban hasta Bronchales andando, con su cesta y la vendían allí. A la vuelta, la volvían a llenar y la vendían en Noguera. Rebollón es lo que más hay por aquí, también seta de cardo, aceiteros, algún porro, etc.
También se cogían endrinas para hacer pacharán.
La virgen del Pilar
Era fiesta con la obligación de ir todos a misa y por la tarde a coger patatas y a la vuelta, al baile. Ahora, se sigue saliendo a por hongos y todo el mundo va a recoger cuernos de ciervo procedentes del desmogue.
NOVIEMBRE
Todos los Santos
El día de Todos los Santos (la noche del uno al dos) estaban toda la noche sonando las campanas, los chicos se turnaban para que las campanas no parasen. Se tocaba a “tranes”, que es que tocar a difuntos. El toque a “tranes” era diferente si el muerto era hombre que si era mujer. Todos los monaguillos sabían todos los cánticos y la misa en latín.
El día de las Almas también estaba el tumbo.
Por la mañana del día uno, misa en la que cantaban la misa de difuntos y rosario.
El día dos era el de las almas siendo el único en el que se podían decir tres misas. El cura y el sacristán y los monaguillos iban de casa en casa y cada uno le daba lo que podía por decir las misas y cantaban:
En tu puerta están las almas
supuesto que los conoces
aunque nosotros podamos
ellos son los que dan voces.Ellos son los que dan voces
digan todos sin cesar
que Dios les saque de penas
y les lleve a descansar.Esto lo cantaban en cada casa, rezaban un padre nuestro, les daban lo que podían o querían y se iban a otra casa. Lo quitó posteriormente Don Emilio y lo hacían igual pero en la iglesia. Cuando había alguien grave iba el cura a darle la extremaunción con el monaguillo tocando la campana. Cuando la gente lo oía, les causaba un gran respeto.
Todas las noches del mes de noviembre a las nueve de la noche se tocaban las campanas por los difuntos. Lo hacía la familia de Miguela porque estaba la casa más cerca y tenían una soga desde su casa para tocar.
Entonces había mucha más devoción, la vida giraba mucho más en torno a la religión pero dicen que también había mucha imposición, porque si no iban a la iglesia el cura les apuntaba.
En torno a 1900, en cuanto los chicos cumplían diez años ya podían tocar las campanas para el rosario que era a las siete de la mañana. Todos los días del año decían el rosario al clarear y después iba todo el pueblo a misa. Por Pascua Florida tenían que confesar y comulgar y luego les tomaban el nombre en la sacristía como prueba de haberlo hecho, si no los denunciaban. También si ibas a trabajar el domingo, te denunciaban y te multaban. Tenían este dicho:
Labrador perezoso,
vístete aprisa,
pues después
del rosario viene la misa.Labrador perezoso,
vístete a punto,
no sea que a la noche,
ya estés difunto.Y este otro:
El rosario de la madrugada,
es para los pobres que no tienen pan,
porque los ricos están en la cama,
para que la serena
no les siente mal (la serena era la escarcha).
DICIEMBRE
La Purísima, fiesta religiosa. Antes era el día de la Madre pero esto se cambió hace unos veinticinco años.
El Matacerdo
Era y es el mes de los matacerdos, en cuanto llegaba San Andrés. Ahora el matacerdo se considera trabajo, antes era una fiesta en la que se reunía toda la familia.
Se mataba el cerdo por la mañana y se hacía un ojeo para matar una liebre para hacer un buen arroz, y un par de zorros para vender la piel (por la que entonces se pagaba unas 2.000 pesetas), y con ese dinero hacían una merienda. El matacerdo duraba dos o tres días, solía estar nevando y las mujeres iban a lavar las tripas al río, para hacer los embutidos.
La víspera preparaban la leña y una aliaga. Ponían un caldero grande de agua a hervir, mientras venía el «matachín», había unas personas especializadas, y se juntaban varios hombres para sujetarlos, dicen que eran unos gorrinos enormes. Había una mesa especial para pelarlo, en Torres se llama pelador y en Noguera matador.
Lo sujetaban a la mesa, cada hombre de una pata, lo degollaba el matachín y una mujer recogía la sangre dándole vueltas para que no se cuajara.
Una vez muerto, se tomaban una copa de cazalla, unas pastas e higos y luego ya se pelaba. Con la vejiga del cerdo los chicos hacían globos, primero la estiraban con la ceniza apagada. Le llamaban “butifarra”.
Tenían una olla que le llamaban “de matar el gorrino”, luego en ellas hacían unas judías en la lumbre que dicen que eran deliciosas, según Trinidad nunca comió unas más buenas. Dicen que estaban todo el día comiendo.
Después se ponía a freír el tocino, la magra, el hígado y los chichorricos y se hacían los gaspachos para almorzar. Las mujeres se iban después del almuerzo a lavar los menudos al río, pero llevaban unos cántaros de agua caliente con unos gajos de naranja o manzana para que les diese sabor. También cocían anises y los ponían al cocer las tripas. El intestino era de dos tipos, las tripas gordas para las morcillas y las delgadas para los chorizos. El intestino tiene dos capas, el de la vienza y el otro y había que pelarlo con un mimbre, esta era una operación especializada, muy difícil de realizar si no se sabía cómo.
Al caldo de cocer las morcillas (y si se rompía alguna, pues mejor) acudían los vecinos con sus cacerolas para recoger ese caldo para hacer sopa, después de la guerra.
Vertían agua caliente sobre el cerdo y lo iban pelando, luego lo colgaba, lo quemaban con una aliaga (así era más bueno el tocino) y lo lavaban bien. Hoy la aliaga se ha sustituido por el soplete, que es más cómodo pero más feo.
Luego se descuartiza, el matachín saca las diferentes piezas. Primero la tripa, luego se abren las mantecas y sale el mondongo y los último, los perniles.
Aquí se sigue haciendo el embutido con la jeringa, cada uno tiene la suya. También en diciembre se hacía el jabón casero, con los restos de grasas y aceites quemados, que se guardaban para ello.
Navidades
Iban a cantar villancicos para que les diesen los aguilandos. Cada uno daba lo que podía, a veces dinero, a veces huevos. A los que no les daban nada les cantaban:
Aguilandicos, aguilandones,
esta es la casa de los porretones.No había costumbre de decorar el pueblo ni la casa. Una zambomba en las casas y el belén en la iglesia. Había misa del gallo, en la que cantaban los villancicos que previamente habían ensayado en alguna casa. También los cantaban en las misas de las navidades, con instrumentos de cuerda (guitarra, bandurria, laúd y violín).
Recuerdan una Nochebuena en la misa del gallo que estuvo Rafael, que era un misionero de aquí, que estuvo muchos años en la selva de Brasil, de los misioneros Combonianos. Esa misa del gallo fue especial, jugaron y cantaron, y como era de esperar, la tía Amelia mostró su desacuerdo con semejante jolgorio en la misma.
FIESTAS QUE SE SIGUEN CELEBRANDO EN LA ACTUALIDAD
ENERO: las hogueras de San Antón, pero se hacen dos en vez de seis.
FEBRERO: El 3 de febrero es San Blas, se dan las candelas y se bendicen los alimentos.
ABRIL: Semana Santa. El jueves santo se hace un monumento. El domingo, la procesión del encuentro, a las 9 de la mañana.
MAYO: Ya no se celebran los mayos.
En mayo de 2012, por primera vez y organizado desde el hotel de Torres con la comisión de Fiestas, se hizo el sábado día 26 una romería a la ermita de San Roque, vestidos de flamencos, como una celebración del Rocío, seguida de cena en el pabellón y baile. Se repitió en 2013, siendo un éxito mayor que el anterior. En el 2014 se volvió a hacer con mucha más participación que en los años anteriores.
JULIO: La Virgen del Carmen, hay misa y procesión y un vino español muy concurrido (como es gratis….). Se hace una comida comunitaria. Se celebra siempre en su día. Hay fiesta el viernes, sábado y domingo siguiente. Tienen orquesta, baile y toros. Ahora se hace toro embolado que antes no se hacía (desde hace unos 15 años).
AGOSTO: Campeonato provincial de morra (se organiza en el pueblo de los que ganan). Tiene mucho éxito, acude mucha gente.
San Roque. Procesión a la ermita al amanecer, la misa y, a veces, chocolate.
SEPTIEMBRE: San Miguel. El fin de semana anterior a San Miguel. Orquesta, toro embolado, misa, procesión, vino español, una comida comunitaria y quizá una cena. El resto se organiza por peñas.
OCTUBRE: El Pilar, misa.
DICIEMBRE: Navidad, ya no hay misa del gallo, hay una misa normal.
GALERÍA DE IMÁGENES
- Portada del libro
- Autores de la recopilación
- Torres de Albarracín
- Peiron de san Antonio
- Peirón de san Antonio
- Ermita de san Roque
- Bajada de san Roque 1940
- Salvas a San Roque , 1965
- Tendido en san Miguel, 1942
- Mulillas, año 1960
- Procesión de san Miguel, 1970
- Procesión Virgen del Carmen, 1941
- Procesión virgen del Carmen
- Procesión de san Miguel 1940
- Rondalla del ciego Cucán 1940
- Rondalla de Torres
- Comida popular
- Comida de «las monas»
- Disfraces
- Los Mayos de Torres
- Canción de Procesión del Encuentro
- Gozos a san Antonio
- Gozos a san Roque
- Partituras canciones de Torres
- Presentación del libro de Torres
- Coautores del libro
- Coautores del libro